Soy un ser muy plano, casi bidimensional. De la inmensa altura de la burbuja celeste, sólo ocupo un poco más de un metro setenta, lo cual es suficiente para aplastar hormigas con impunidad pero no para ver detrás del horizonte. Como sea, soñé que caía, pero yo, cuando sueño, sueño bien: caía desde la estratósfera. Por suerte fue un sueño y puedo contar lo que vi mientras caía, que fue más o menos así...

Nubes Noctilucentes

Las nubes noctilucentes son las más altas de la atmósfera terrestre, ubicadas entre 75 y 85 km de altitud, en la mesósfera. Su nombre significa en latín "brillo nocturno", porque son tan delgadas que sólo pueden verse cuando el Sol las espía desde atrás del horizonte.

Mi abuela decía que aparecían cuando había muerto un ángel, y yo pensaba cómo es posible que un ángel muera y cómo sabía el cielo lo que tenía que hacer. Más tarde, otras fuentes me informaron que estas nubes están compuestas por diminutos cristales de hielo del grosor de la cola de un espermatozoide que se forman únicamente a temperaturas inferiores a los 120 grados bajo cero, por lo que son más comunes en verano (cuando la mesósfera es más fría) y cerca de los polos.

Altitud de crucero

A esta altitud vuela la mayoría de los aviones de pasajeros. Puede ser un poco más alto, si es un avión supersónico¹ como el Concorde (ya en desuso), o un poco más bajo, si el vuelo es corto o si el avión fue secuestrado por un terrorista altamente adiestrado en el manejo de aeronaves comerciales.

Dicho sea de paso, la palabra "avión" -según mis avanzados conocimientos en latín y sufijos aumentativos- significa "ave grande", por lo que sería igualmente correcto llamarlos "pajarones". Mi reclamo a la Real Academia de la lengua española aún no ha recibido respuestas.

Cerca de medio millón de personas están volando en este instante, el mismo número de estrellas que flotan en el Cúmulo Globular M3. ¡Toma eso, maldito cúmulo globular!²

Buitre de Rüpell

En 1973, una de estas aves chocó con un avión que volaba a 11.277 metros de altitud, convirtiéndose en la segunda ave que más alto vuela, después del ganso Anser indicus, y en el primer paté de buitre africano.

El Buitre de Rüpell tiene un tipo especial de hemoglobina (lo que transporta el oxígeno desde los pulmones hasta los tejidos) que le permite aprovechar el poco oxígeno presente a estas altitudes de la tropósfera.

Tienen la lengua cubierta de espinas que apuntan hacia atrás, lo que les permite arrancar la carne de los huesos de los cadáveres que desayunan. Por la misma característica, no gozan de buena fama entre los adeptos a la zoofilia.

La población de estas aves es cada vez más escasa y se encuentra a pocos pasos de la puerta de especies en peligro de extinción, de donde generalmente no se regresa, a menos que, como hemos visto que es posible, sea clonada y revivida. Pero del otro lado está lleno de dinosaurios preparando una fiesta sorpresa.

Cima del Monte Everest

Estamos 8.850 metros más alto que el mar, donde, como ya hemos visto, se puede beber agua hirviendo. Su verdadero nombre es Chomolangma -que significa "madre del universo"-, o al menos así lo llamaban los tibetanos antes de que occidente le impusiera el apellido de un geógrafo llamado George, como si lo hubiese parido por sus propios medios.

Si escalar el Chomolangma está en tu lista de deseos de cumpleaños, debo decir un par de palabras para disuadirte: antes que nada, ya unos 2.700 seres humanos han pisado su cumbre, por lo que no es algo muy original (más vale crear un comedor infantil o algo así); además, el gobierno de Nepal, por cuestiones de seguridad, se asegura de quitarte todo peso extra de los bolsillos antes de subir: 25.000 dólares.

También hay otro problemita: a la muerte le gusta rondar las alturas. De las 216 personas que murieron intentando alcanzar la cima en el último siglo, la mayoría alcanzó el parpadeo definitivo en los últimos 800 metros, después de la línea conocida como la zona de la muerte, donde el oxígeno es insuficiente para sostener los procesos vitales por más de unos días. A esa altitud ya se ha entrado en el dominio de La Parca, y la maquinaria del organismo humano comienza a apagarse; la sangre se vuelve viscosa y retumba en la cabeza, la mente empieza a engendrar alucinaciones indistinguibles de la realidad y cada movimiento es tan doloroso que hasta respirar parece una tortura.

Aún llegando a la cima, resta poner en la balanza qué es preferible: si volver o dar por terminado el viaje. Y es tan imposible efectuar un rescate en esa zona que la mayoría de los cadáveres aún siguen allí y pueden verse congelados en los riscos a los costados de las rutas de ascenso.

Aconcagua

A 6.962 metros sobre tu cabeza está el pico más alto de América y el segundo de los más altos de cada continente. Su nombre ha sido un poco más respetado que el del Everest, apenas deformado del original Ackon Cahuak, que usa las únicas tres vocales que conocían los aborígenes andinos y que quiere decir "Centinela de Piedra" en quechua, un lenguaje aún hablado por 10 millones de personas y varios patos tartamudos, incluido Donald.

(Hablando en serio, es una lengua muy rica; incluye sufijos parta indicar qué tan seguro está el hablante de lo que dice y pronombres muy precisos, incluyendo dos "nosotros", uno de los cuales excluye al oyente.)

Es mucho más fácil de escalar que el Everest porque no alcanza a entrar en la zona de la muerte, pero igual sigue siendo mil trescientas veces más alto que una jirafa, y es bastante peligroso. Si no me creen, miren lo que le pasó a Pedrito... :´(

Monasterio de Rongbuk

Es el lugar habitado más alto del mundo y el único del Tibet al que los chinos cazadores de budistas no pudieron llegar con facilidad (pero llegaron, y arrasaron con casi todo). Hoy, en el ascenso al Monte Everest, es donde mueren las carreteras y nacen los pies helados. Allí todavía viven 14 monjes y 14 monjas (de los 500 que había en los '60) que poco hacen más que meditar y reírse de los turistas que encaran hacia la cima, de los cuales la mayoría se vuelve al rato por pérdida súbita del interés y son recibidos con agua y comida.

Sin embargo, un viajante (John Flinn) cuenta que conoció un monje que vive aislado en una cueva varios metros más arriba, y no sería nada extraño que hubiera unos cuántos como él, buscando tan fuertemente el desapego a lo material que casi se libran de la fuerza de gravedad.

Debo decir que el ejército chino sigue esclavizando a los monjes tibetanos e impide todo tipo de ayuda extranjera para la reconstrucción de los monasterios profanados, que ni siquiera tienen vidrios para proteger del frío. ¿Dije que el gobierno cobra 25 mil dólares por usar ese camino?

Polo Sur

Aunque no lo parezca, el Polo Sur tiene una estatura de 2.835 metros, de los cuales 2.700 son puro hielo.

Pararse sobre el Polo Sur es una experiencia mucho más extraña que hacerlo en la cima del Everest: uno está girando sobre sí mismo, y, mire para donde mire, siempre mira hacia el Polo Norte. Además, uno está en varios países a la vez, debido a los extraños reclamos territoriales. Es como estar en otra dimensión.

Allí sólo existen dos estaciones del año. Durante el invierno (Marzo a Septiembre), la luz del Sol no llega en absoluto, y en verano sólo llega de costado, al ritmo del Sol que se va deslizando por el horizonte en sentido anti-horario, incluso de noche.

No hay plantas ni animales. Es considerado un desierto, por lo que es el desierto más grande del mundo, superando al famoso Sahara.

En los alrededores del polo se han llegado a medir temperaturas de casi 90 grados bajo cero, con lo que es el continente más frío del mundo. Contiene el 90% del hielo del planeta y el 70% del agua potable. Si la Antártida se derritiera, el nivel del mar subiría 60 metros, lo suficiente como para ahogar a la Torre de Pisa.

Los edificios más altos del mundo

Con 160 pisos y 828 metros, la Torre Dubai (Burj Khalifa) es la estructura más alta creada por el Hombre. Costó cuatro mil millones de dólares y es tan alta que se puede ver a simple vista desde 95km de distancia.

La base del edificio, que debe soportar el peso de siete millones de monstruosas toneladas (un millón de elefantes), está inspirada en la delicada estructura de la flor Hymenocallis blanca.

Y desperté... desnudo... en un ascensor.