¿Qué pasaría si la Tierra fuera plana?
La conclusión es inesperada.
12/2/19
Todavía hay gente que cree que la Tierra es plana. De hecho, mucha más gente lo cree hoy que en la época de Colón, cuando todo el mundo sabía que era más o menos esférica. Es que ahora está de moda contrariar a la ciencia –y además la ciencia nos ofrece mejores herramientas para hacerlo–. Y está bien. Hay que hacerse un camino hacia el conocimiento y no sólo aceptar lo que nos dicen. O al menos eso dicen...
Imaginemos que la tierra es plana, tal como se ve en una fotografía típica, conservando su diámetro real. Necesitaríamos admitir que, de todos modos, debería tener cierto grosor, o cualquier idiota podría refutar la idea con sólo hacer un hoyo en la arena con el dedo, y habría que explicar convenientemente de dónde sale el petróleo, entre otras cosas.
El agujero más profundo del que haya noticias tiene más de 12 km de profundidad. En dicho pozo, los excavadores debieron detenerse cuando la temperatura del suelo rondaba los 300 ºC. A los 8.500 metros establecieron y hoy funciona un laboratorio geológico.
Paralelamente, otros audaces investigadores han medido esa misma profundidad máxima en los océanos, de modo que tenemos suficiente evidencia para comenzar a conspirar contra la ciencia: asumiremos que la superficie de la Tierra es plana pero no el resto, ya que es un objeto tridimensional. Algo así como el corte de un cilindro.
Un disco de tales características, es decir de 12.734 km de diámetro y al menos 12 de espesor, seguiría teniendo una fuerza de gravedad importante (aunque no tanta como si fuera una esfera). Y ya sabemos lo que pasa cuando nos acercamos al borde de un plato que tiene gravedad: nos caemos al vacío... ¿O flotamos hacia el espacio? Nada de eso...
En realidad, el centro de gravedad del planeta (que obviamente se denomina así por ser plano, o se llamaría "esfereta") estaría más o menos en el centro mismo del plato, dependiendo de la homogeneidad en la distribución de las montañas y otros accidentes geográficos que no alteran la "planitud" de nuestra supuesta Tierra, ya que sólo serían arrugas en su superficie, sea ésta plana o curva.
De modo que en el centro habría una gravedad bastante normal pero, al irnos alejando de él, la fuerza gravitatoria nos atraería cada vez un poco más desde nuestras espaldas y menos desde los pies. Sentiríamos con cada paso lo mismo que al subir por un camino que se vuelve cada vez más empinado, hasta llegar a 90º de inclinación. Llegaría un punto en donde simplemente resbalaríamos y caeríamos en dirección al centro del disco.
No sólo el caminante debería ajustar su postura al alejarse del centro, sino que los árboles, los edificios y demás objetos verticales estarían cada vez más inclinados, alineados hacia el centro del planeta. Además, las partes exteriores del disco estarían más pobladas de cabras que el centro, que sería el lugar preferido de criaturas como los peces, porque seguramente el agua se amontonaría allí. Pero no nos distraigamos con detalles superficiales...
Supongamos ahora que un valiente alpinista equipado con la mejor tecnología logra alcanzar el borde mismo de la Tierra plana, o, mejor dicho, el ángulo de 90º donde comienza el borde. Como sabemos que tiene al menos 12 km de grosor –y para simplificar– diremos que una vez que el escalador ponga ambos pies en el borde de la Tierra tendrá la gravedad tirando de sí casi exactamente hacia abajo y se sentirá como cualquiera de nosotros.
El explorador podría caminar los 12 km de borde sin mucha dificultad, llegar al otro ángulo y pasar cuidadosamente al lado opuesto, el reverso de la Tierra plana. Allí nuevamente el centro del disco lo atraería y todo sería en bajada, por lo que debería volver a valerse de sogas y ganchos para seguir su viaje y eventualmente dar la vuelta al mundo.
También podría dar la vuelta simplemente caminando por el borde, pero podría perderse de saber si en el reverso de la Tierra plana hay otra civilización y otro conjunto de especies evolucionadas por separado. ¿Por qué no? Mientras reciba luz solar, no debería haber diferencia vital alguna entre ambos lados. O tal vez el otro lado no es plano, sino semiesférico, pero sus habitantes nunca se atrevieron a cruzar el espeluznante borde por un justificado temor a caer.
La ciencia de los esfericistas actuales nos dice que un objeto así es posible, pero no con las dimensiones de la Tierra. Sin importar de qué estuviera hecho –aclara–, tendría tanta masa que colapsaría por su propia gravedad hasta formar una esfera, un huevo o algo parecido, de acuerdo con su rotación y otras influencias astronómicas o caprichos divinos.
Los terraplanistas argumentarían que en realidad la gravedad no existe, sino que la Tierra plana simplemente es como un ascensor que sube a velocidad constante de 9,8 metros por segundo, dándonos la sensación de ser atraídos por el suelo. Como ves, los idiotas suelen ser muy ingeniosos.
Pero una de las cosas más extrañas que pasarían si la Tierra fuera plana sería que probablemente creeríamos que es esférica. No olvides que, en gran parte, debemos este conocimiento a Eratóstenes, que hace más de dos milenios notó ciertas diferencias entre las sombras de dos objetos verticales a la misma hora pero muy alejados entre sí. Esto le dio la certeza de que la Tierra era curva...
Sin embargo y muy curiosamente, si la Tierra fuera plana y el Sol en realidad fuera muy pequeño y estuviera está muy cerca, Eratóstenes sin dudas hubiera sacado la misma conclusión y quizá nos hubiera mantenido engañados hasta hace menos de un siglo, cuando finalmente pudimos ver desde las alturas que la Tierra es maravillosamente curva.
En conclusión: si la Tierra fuera plana, estaría tomándole el pelo a los que creen que es esférica.
Imaginemos que la tierra es plana, tal como se ve en una fotografía típica, conservando su diámetro real. Necesitaríamos admitir que, de todos modos, debería tener cierto grosor, o cualquier idiota podría refutar la idea con sólo hacer un hoyo en la arena con el dedo, y habría que explicar convenientemente de dónde sale el petróleo, entre otras cosas.
El agujero más profundo del que haya noticias tiene más de 12 km de profundidad. En dicho pozo, los excavadores debieron detenerse cuando la temperatura del suelo rondaba los 300 ºC. A los 8.500 metros establecieron y hoy funciona un laboratorio geológico.
Paralelamente, otros audaces investigadores han medido esa misma profundidad máxima en los océanos, de modo que tenemos suficiente evidencia para comenzar a conspirar contra la ciencia: asumiremos que la superficie de la Tierra es plana pero no el resto, ya que es un objeto tridimensional. Algo así como el corte de un cilindro.
Un disco de tales características, es decir de 12.734 km de diámetro y al menos 12 de espesor, seguiría teniendo una fuerza de gravedad importante (aunque no tanta como si fuera una esfera). Y ya sabemos lo que pasa cuando nos acercamos al borde de un plato que tiene gravedad: nos caemos al vacío... ¿O flotamos hacia el espacio? Nada de eso...
En realidad, el centro de gravedad del planeta (que obviamente se denomina así por ser plano, o se llamaría "esfereta") estaría más o menos en el centro mismo del plato, dependiendo de la homogeneidad en la distribución de las montañas y otros accidentes geográficos que no alteran la "planitud" de nuestra supuesta Tierra, ya que sólo serían arrugas en su superficie, sea ésta plana o curva.
De modo que en el centro habría una gravedad bastante normal pero, al irnos alejando de él, la fuerza gravitatoria nos atraería cada vez un poco más desde nuestras espaldas y menos desde los pies. Sentiríamos con cada paso lo mismo que al subir por un camino que se vuelve cada vez más empinado, hasta llegar a 90º de inclinación. Llegaría un punto en donde simplemente resbalaríamos y caeríamos en dirección al centro del disco.
No sólo el caminante debería ajustar su postura al alejarse del centro, sino que los árboles, los edificios y demás objetos verticales estarían cada vez más inclinados, alineados hacia el centro del planeta. Además, las partes exteriores del disco estarían más pobladas de cabras que el centro, que sería el lugar preferido de criaturas como los peces, porque seguramente el agua se amontonaría allí. Pero no nos distraigamos con detalles superficiales...
Supongamos ahora que un valiente alpinista equipado con la mejor tecnología logra alcanzar el borde mismo de la Tierra plana, o, mejor dicho, el ángulo de 90º donde comienza el borde. Como sabemos que tiene al menos 12 km de grosor –y para simplificar– diremos que una vez que el escalador ponga ambos pies en el borde de la Tierra tendrá la gravedad tirando de sí casi exactamente hacia abajo y se sentirá como cualquiera de nosotros.
El explorador podría caminar los 12 km de borde sin mucha dificultad, llegar al otro ángulo y pasar cuidadosamente al lado opuesto, el reverso de la Tierra plana. Allí nuevamente el centro del disco lo atraería y todo sería en bajada, por lo que debería volver a valerse de sogas y ganchos para seguir su viaje y eventualmente dar la vuelta al mundo.
También podría dar la vuelta simplemente caminando por el borde, pero podría perderse de saber si en el reverso de la Tierra plana hay otra civilización y otro conjunto de especies evolucionadas por separado. ¿Por qué no? Mientras reciba luz solar, no debería haber diferencia vital alguna entre ambos lados. O tal vez el otro lado no es plano, sino semiesférico, pero sus habitantes nunca se atrevieron a cruzar el espeluznante borde por un justificado temor a caer.
La ciencia de los esfericistas actuales nos dice que un objeto así es posible, pero no con las dimensiones de la Tierra. Sin importar de qué estuviera hecho –aclara–, tendría tanta masa que colapsaría por su propia gravedad hasta formar una esfera, un huevo o algo parecido, de acuerdo con su rotación y otras influencias astronómicas o caprichos divinos.
Los terraplanistas argumentarían que en realidad la gravedad no existe, sino que la Tierra plana simplemente es como un ascensor que sube a velocidad constante de 9,8 metros por segundo, dándonos la sensación de ser atraídos por el suelo. Como ves, los idiotas suelen ser muy ingeniosos.
Pero una de las cosas más extrañas que pasarían si la Tierra fuera plana sería que probablemente creeríamos que es esférica. No olvides que, en gran parte, debemos este conocimiento a Eratóstenes, que hace más de dos milenios notó ciertas diferencias entre las sombras de dos objetos verticales a la misma hora pero muy alejados entre sí. Esto le dio la certeza de que la Tierra era curva...
Sin embargo y muy curiosamente, si la Tierra fuera plana y el Sol en realidad fuera muy pequeño y estuviera está muy cerca, Eratóstenes sin dudas hubiera sacado la misma conclusión y quizá nos hubiera mantenido engañados hasta hace menos de un siglo, cuando finalmente pudimos ver desde las alturas que la Tierra es maravillosamente curva.
En conclusión: si la Tierra fuera plana, estaría tomándole el pelo a los que creen que es esférica.