Celsius, Fahrenheit y Kelvin
Cómo entenderlos y convertirlos.
4/12/15
Voy a compartir algo que hago muy a menudo cuando escribo temas científicos: conversión de unidades de temperatura. Usualmente basta con una aproximación (por ejemplo, para saber a qué temperatura se funde el hierro), pero los métodos son muy precisos y simples, y además guardan algunas curiosidades que deberías saber antes de morir, no sólo porque yo lo digo, sino porque después de morir no tendrás ganas.
Los grados Celsius miden la temperatura del agua en condiciones ideales, siendo 0 la del agua congelada y 100 la del agua hirviendo. ¿Qué otra genialidad esperabas de unas criaturas que son ⅔ agua? No hay mucho más que decir, excepto aclarar que, como en casi todas las unidades de medida, debe haber un espacio entre el valor y el símbolo: 50░ºC, pero no entre el símbolo de grado (º) y la letra, ya que se trata de una misma unidad. Y, como todas las unidades que derivan de un nombre propio (Anders Celsius, Daniel G. Fahrenheit y Lord Kelvin), se escriben con mayúscula (no así el resto).
Fahrenheit, en cambio, es una unidad más caprichosa que tiene en cuenta las propiedades del mercurio y la temperatura del cuerpo humano. Aunque parece una escala extraña, donde el agua se congela a 32 º y hierve a 212 º, tiene su explicación: El 0 de la escala sería el punto más frío que el mercurio de un termómetro puede medir, ligeramente por debajo de 0 ºC. Los 100 ºF equivaldrían a la temperatura del cuerpo humano con fiebre, siendo 96 ºF la temperatura normal. El resto sale de allí y del momento en que el señor F volaba de fiebre y metía el termómetro en lugares extraños.
Kelvin, finalmente, es una unidad que no requiere el símbolo de grado porque es absoluta: comienza con la temperatura más fría que puede existir, -273,15 ºC (el cero absoluto), y aumenta pasando por la temperatura del hielo a +273,15 K y por el punto de ebullición del agua exactamente a los 373,15 K, es decir, 100 unidades después. ¡Tiene sentido! Es la unidad preferida por los científicos y las personas que no encuentran el símbolo º en sus teclados.
Pero nos gustan los números enteros, positivos y entre 0 y 100, así que veamos cómo convertir estas unidades a grados Celsius o lo que más nos convenga en cada caso...
Para convertir grados Fahrenheit a Celsius basta con restar 32 a la temperatura y dividir el resultado por 1,8. Es decir:
ºC = (ºF - 32) / 1,8.
De este modo vemos, por ejemplo, que 451 ºF = (451 - 32) / 1,8 = 232,7 ºC.
Recordar la ecuación no es tan difícil:
El 32 es un número bastante común, la quinta potencia de 2: 2, 4, 8, 16, 32. Además, es la cantidad de piezas que tiene un juego de ajedrez y el número de dientes que tenemos todos los primates.
1,8 equivale a 9/5, si te sirve de algo.
Por el razonamiento inverso, es evidente que:
ºF = (ºC × 1,8) + 32.
Si miras las letras de un teclado QWERTY, verás que para pasar de C a F hay que subir, o sea sumar (32).
Esta vez es mucho más simple: Sólo hay que sumar 273,15.
K = ºC + 273,15.
Por ejemplo, la temperatura humana de ~37 ºC sería de 310 K (37 + 273). Lógicamente, podemos obviar los decimales en la mayoría de los casos cotidianos y simplemente sumar 273. En todo caso, ése es un número que deberías tener presente porque define al cero absoluto, que, junto con la velocidad de la luz, es uno de los dos extremos fijos más importantes del universo.
Si estás demasiado drogado como para pensarlo, he aquí la relación inversa:
ºC = K - 273,15.
Este caso, que es mucho más cotidiano, es el más fácil de recordar. Sólo recuerda el mencionado cero absoluto, la temperatura ideal a la que todas las moléculas dejan de vibrar.
En la práctica, alcanzar el cero absoluto es imposible y sólo se han logrado temperaturas a milésimas de grado por encima de él. Pero, aparentemente, ése será el final del universo, dentro de inimaginables miles de millones de años, cuando todas al estrellas se apaguen y la materia disipe su energía, enfriándose hasta quedar completamente inmóvil y oscura. Hoy en día, la temperatura promedio del universo es de 0,7 ºC sobre el cero absoluto. Así que no te quejes por un par de grados de frío en este privilegiado planeta.
En cuanto a la temperatura máxima posible en el universo, teóricamente, es la temperatura de Planck, que depende de la mayor cantidad de energía que puede contener la menor cantidad de espacio posible (a nivel cuántico). Asombrosamente, eso sería de cerca de 100.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 ºC, es decir, 1×1032 K o 1,8×1032 ºF. Esa fue más o menos la temperatura del Big Bang. Así que tampoco te quejes del calor.
Prólogo para entrar en calor
Los grados Celsius miden la temperatura del agua en condiciones ideales, siendo 0 la del agua congelada y 100 la del agua hirviendo. ¿Qué otra genialidad esperabas de unas criaturas que son ⅔ agua? No hay mucho más que decir, excepto aclarar que, como en casi todas las unidades de medida, debe haber un espacio entre el valor y el símbolo: 50░ºC, pero no entre el símbolo de grado (º) y la letra, ya que se trata de una misma unidad. Y, como todas las unidades que derivan de un nombre propio (Anders Celsius, Daniel G. Fahrenheit y Lord Kelvin), se escriben con mayúscula (no así el resto).
Fahrenheit, en cambio, es una unidad más caprichosa que tiene en cuenta las propiedades del mercurio y la temperatura del cuerpo humano. Aunque parece una escala extraña, donde el agua se congela a 32 º y hierve a 212 º, tiene su explicación: El 0 de la escala sería el punto más frío que el mercurio de un termómetro puede medir, ligeramente por debajo de 0 ºC. Los 100 ºF equivaldrían a la temperatura del cuerpo humano con fiebre, siendo 96 ºF la temperatura normal. El resto sale de allí y del momento en que el señor F volaba de fiebre y metía el termómetro en lugares extraños.
Kelvin, finalmente, es una unidad que no requiere el símbolo de grado porque es absoluta: comienza con la temperatura más fría que puede existir, -273,15 ºC (el cero absoluto), y aumenta pasando por la temperatura del hielo a +273,15 K y por el punto de ebullición del agua exactamente a los 373,15 K, es decir, 100 unidades después. ¡Tiene sentido! Es la unidad preferida por los científicos y las personas que no encuentran el símbolo º en sus teclados.
Pero nos gustan los números enteros, positivos y entre 0 y 100, así que veamos cómo convertir estas unidades a grados Celsius o lo que más nos convenga en cada caso...
De Fahrenheit a Celsius
Para convertir grados Fahrenheit a Celsius basta con restar 32 a la temperatura y dividir el resultado por 1,8. Es decir:
ºC = (ºF - 32) / 1,8.
De este modo vemos, por ejemplo, que 451 ºF = (451 - 32) / 1,8 = 232,7 ºC.
Recordar la ecuación no es tan difícil:
El 32 es un número bastante común, la quinta potencia de 2: 2, 4, 8, 16, 32. Además, es la cantidad de piezas que tiene un juego de ajedrez y el número de dientes que tenemos todos los primates.
1,8 equivale a 9/5, si te sirve de algo.
De ºC a ºF
Por el razonamiento inverso, es evidente que:
ºF = (ºC × 1,8) + 32.
Si miras las letras de un teclado QWERTY, verás que para pasar de C a F hay que subir, o sea sumar (32).
De Celsius a Kelvin
Esta vez es mucho más simple: Sólo hay que sumar 273,15.
K = ºC + 273,15.
Por ejemplo, la temperatura humana de ~37 ºC sería de 310 K (37 + 273). Lógicamente, podemos obviar los decimales en la mayoría de los casos cotidianos y simplemente sumar 273. En todo caso, ése es un número que deberías tener presente porque define al cero absoluto, que, junto con la velocidad de la luz, es uno de los dos extremos fijos más importantes del universo.
De K a ºC
Si estás demasiado drogado como para pensarlo, he aquí la relación inversa:
ºC = K - 273,15.
Este caso, que es mucho más cotidiano, es el más fácil de recordar. Sólo recuerda el mencionado cero absoluto, la temperatura ideal a la que todas las moléculas dejan de vibrar.
Epílogo
En la práctica, alcanzar el cero absoluto es imposible y sólo se han logrado temperaturas a milésimas de grado por encima de él. Pero, aparentemente, ése será el final del universo, dentro de inimaginables miles de millones de años, cuando todas al estrellas se apaguen y la materia disipe su energía, enfriándose hasta quedar completamente inmóvil y oscura. Hoy en día, la temperatura promedio del universo es de 0,7 ºC sobre el cero absoluto. Así que no te quejes por un par de grados de frío en este privilegiado planeta.
En cuanto a la temperatura máxima posible en el universo, teóricamente, es la temperatura de Planck, que depende de la mayor cantidad de energía que puede contener la menor cantidad de espacio posible (a nivel cuántico). Asombrosamente, eso sería de cerca de 100.000.000.000.000.000.000.000.000.000.000 ºC, es decir, 1×1032 K o 1,8×1032 ºF. Esa fue más o menos la temperatura del Big Bang. Así que tampoco te quejes del calor.
Entonces -273,15 es la temperatura de congelamiento del universo y 1×10 a 32 K es que se yo, podríamos decir que el punto en que el universo completo se convierte en una bola de plasma del mayor calibre posible?
ResponderEliminarAnalogía estúpida lo se, pero si lo piensas...
No estoy seguro, pero propongo que, por las dudas, al frasco del universo le pongamos esta advertencia: "Conservar entre 0 y 1×10³² K. Puede contener humanos".
ResponderEliminarEl fin del universo no será precisamente a 0 K. Esto implicaría que toda la energía desaparecería, lo que no es posible. Cuando el universo "duerma", no habrán posibilidades de intercambios energéticos porque todos los potenciales energéticos se habrán nivelado, entonces habrá una temperatura uniforme sobre el cero absoluto.
ResponderEliminarA eso me refería con "ese", un casi cero (que, al convertirse en absoluto, sería tan cero como cualquier otro valor).
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