Cibermitanios

Trucos de la decisión

Un conjunto de algoritmos preestablecidos sobre los cuales tenemos poca influencia.
La toma de decisiones es al menos en parte un conjunto de algoritmos preestablecidos sobre los cuales tenemos poca influencia. Para ejemplificarlo, en el siguiente video un mago te pedirá que elijas un naipe cualquiera e intentará adivinar cuál fue. Obviamente, el ilusionista sabe cuál vas a elegir, de modo que en realidad no elegirás nada. Al menos si el truco sale bien. Antes de continuar, necesito que elijas tu carta...



Es altamente probable que hayas elegido el 10 de pica (♠). De 52 cartas, no está nada mal. (Si elegiste otra, lo más prudente sería que busques un blog que se ajuste a tu universo y no molestes en este.)

En cualquier caso, ¿cómo logró el efecto premonitorio? ¿Había varias copias de dicho naipe, de modo que se grabó más en tu memoria? ¿Te dio señales subliminales para que elijas ese y no otro? ¿Hay alguna predisposición natural del ser humano a inclinarse por esa carta? ¿Significan algo especial ese número y ese símbolo? ¿Dejar propina es obligatorio? ¿Los que se masturban son etereosexuales?

Nada de eso. La respuesta es tan simple que ni siquiera tendré que escribirla...



Un mago me dijo que la magia es el arte de ocultar el arte. Así que esta explicación será una revelación doble, un vandalismo al cuadrado...

Antes de barajar los cuadros del video, se me ocurrieron tres formas en las que me aseguraría de que el público eligiera determinada carta. Lo que no me esperaba era que este truco tuviera las tres:

  • Ubicarla ligeramente más arriba que el resto para que se trabe con el dedo y se vea por más tiempo (en este ejemplo, aparece más del doble del tiempo promedio),
  • ponerla entre otras de distinto color para que posea mayor contraste (de hecho, las siete cartas anteriores son rojas en el video) y –sin dudas, el paso clave–
  • mostrarla al final de la secuencia.

El segundo punto (el detalle de la carta negra después de varias rojas) explota una condición natural del ser humano, muy conocida y denominada "efecto contraste". Es exactamente la que te hace percibir estos dos cuadriláteros del mismo o de distinto color según con qué los compare automáticamente tu cerebro...

Efecto contraste

En este caso, el cerebro está comparando cada carta con las anteriores, y en la última la diferencia más notoria es la del color. No llegamos a saberlo conscientemente, pero nos quedamos con la señal de que esa carta es distinta.

Por sobre cualquier otra habilidad cognitiva, el cerebro humano está programado para encontrar diferencias. Sucede que, especialmente durante la infancia, es esencial para la supervivencia poder distinguir entre una serpiente y una teta. También es útil en la adultez, que es una etapa de la vida inventada para desviar la atención del preocupante hecho de que, si bien cualquiera puede distinguir a un anciano de un niño, es prácticamente imposible discernir en qué momento uno se convierte en otro. La metamorfosis humana entre ambas etapas es tan lenta como mi máquina del tiempo, que para viajar a mañana tarda cerca de dos días.

Como sea, el color de ese 10 llama la atención del tu cerebro.

En cuanto al tercer punto de este eficaz arsenal de ilusiones, debo decir que la última imagen no se "graba" en la retina, como todavía algunos creen, sino en el cerebro. En el momento cúlmine del truco, la corteza visual deja de procesar la mayor parte de los estímulos que lo venían inundando y comienza a cobrar protagonismo la memoria, que, como el objeto más fotografiado del siglo XXI –el espejo–, por su naturaleza devuelve siempre las cosas al revés, desde acá para allá, del presente al pasado.

En otras palabras, lo más fresco en la memoria de corto plazo tendrá mayor pregnancia para el cerebro: la última carta.

¿Cuál fue la última palabra de la oración anterior? ¿Y la primera? Eso pensé...

Las tres estrategias (que detecté) son formas de lo mismo: diferenciación. El truco general a la hora de hacer que algo sea escogido entre otras cosas es hacerlo parecer diferente (si realmente no era diferente, tras haber cambiado su apariencia lo será).

  • Una cuarta opción hubiese sido la repetición (del naipe), tan aliada de las religiones como el martillo lo es del clavo. Pero no fue elección del ilusionista falsear el mazo con cartas repetidas, probablemente porque así crearía un patrón que podría captarse conscientemente. Sabe el prestidigitador que, mientras la razón transita caminos de certidumbre, que se construyen con repeticiones y similitudes, tropieza con la primera diferencia inesperada.

Sin embargo, puede que haya algo de esta técnica repetitiva como apoyo...



Queda claro que elegimos una carta negra por su contraste con el resto, pero ¿por qué el 10? Es simple: es la única carta con dos caracteres, sobresaliente entre los números del 1 al 9, la J, la Q y la K. Es casi un insulto. Pero, además, al pasar rápidamente las cartas, deberíamos poder ver ese número intrínsecamente distinto hasta cuatro veces. Como la memoria está esencialmente construida con experiencias distintas (todas las que son iguales las guarda como un mismo polivalente recuerdo), esa imagen se refuerza un par de veces con los dieces anteriores, como un eco de la memoria más reciente.

Ahora que las cartas de la percepción están sobre la mesa, podemos decir que, a fin de cuentas, el acto del mago realmente se trata de un fenómeno psíquico, es decir, de nuestra fenómena psique.

Por supuesto, no estuve hablando sólo de magia sino de estrategias de manipulación que abundan en otros aspectos de la vida. Dejo a tu criterio discernir cuáles...

3 comentarios

  1. Elegí el 9 de corazones :o, pero una vez ví un video explicativo sobre por qué elegían esa carta, y eran justamente los puntos que tu has expuesto acá, el tiempo que aparece la carta así sea por milésimas de segundo, el contraste , por tener varias cartas rojas y aparecer una negra, aunque vi que no era necesario que sea la última carta si no que aparezca un poco más de tiempo que las demás.
    PD: Si elegí el 9 de corazones es porque ya tengo experiencia en esos trucos, haha

    ResponderEliminar
  2. Pues conmigo funcionó perfectamente. De hecho no estaba seguro de si había visto esa carta realmente en esa baraja pero la elegí de todas formas.
    En cualquier caso creo que lo que me condicionó para escogerla no fue el 10 de picas final (aunque seguramente influyó), sino el 10 de tréboles que está en el segundo 8. La razón es que está justamente en el medio de la baraja, donde el ritmo de las cartas baja un poco y donde el cerebro pone más atención. Las cartas anteriores igualmente son de color rojo. Además, si se para el vídeo en el momento preciso, se ve que en la imagen estática el trébol se solapa con la pica de la carta posterior, formando lo que parece una pica pero mucho más grande y sombreada que las otras figuras. Además el número de la segunda carta apenas se percibe y queda totalmente oculto por el 10, que como se dice en el artículo resalta más.

    ResponderEliminar
  3. Buena análisis, Marcos. Lo interesante de todo esto es que, cuando uno comienza a comprender cómo elige, también comienza a darse cuenta de que no elige nada. Es paradójico el conocimiento...

    ResponderEliminar

Acepto los términos de uso.