Alfa Centauri Bb: El exoplaneta más cercano
Descubre al planeta que orbita a la estrella más cercana al Sol.
19/10/12
Este realmente no es un blog de noticias, sino de importancias, pero a veces estas dos cosas coinciden y entonces me quito el traje de Superman, me pongo el de Clark Kent, me siento frente a mi máquina de escribir/piratear y hago trabajo de reportero: ¡Último momento! Astrónomos del observatorio chileno La Silla acaban de descubrir un planeta orbitando la estrella más cercana al Sol, Alfa Centauri...
Alfa Centauri [ver ilustración] es un sistema binario, lo cual significa que [¿tengo que explicarte todo?], aunque se ve a simple vista desde la Tierra como una brillante estrella, son en realidad dos astros que se orbitan mutuamente a una distancia prudente [volver a ver ilustración], pero entre ambos comparten el honor de ser los más cercanos a la Tierra. Una de estas estrellas, Alfa Centauri B, es muy similar al Sol, con casi la mitad de su luminosidad, y es en torno a ella que gira el nuevo planeta, Alfa Centauri Bb, que también es muy parecido a la Tierra en tamaño. Pero antes de hablar de él, veamos cómo se lo descubrió... [seguir leyendo]
Prácticamente la totalidad de los exoplanetas confirmados se descubrieron por su tránsito: la órbita del planeta se cruza entre la Tierra y la estrella, eclipsándola momentáneamente y delatando su presencia. Este método es muy eficaz, pero deja afuera a la gran mayoría de los planetas, que no tienen por qué andar orbitando justo como a los astrónomos les conviene. Alfa CentauriBebé Bb es uno de esos planetas rebeldes, no siendo observable directamente siquiera como una sombra.
Pero, al tratarse este asunto de la estrella más cercana, los astrónomos invirtieron mucho tiempo en buscar particularmente allí un planeta, y lo hicieron sabiendo que, de haberlo, su gravedad tendría un pequeño efecto sobre la estabilidad de la estrella, haciendo que su eje oscilara un poco, como el de un lanzador olímpico de planetas.
Tras cuatro años de intentar encontrar ese bamboleo, refinando progresivamente la técnica, finalmente lograron medir en la estrella una oscilación menor que 2 km/h. Teniendo en cuenta la distancia a la que se encuentra, es un logro monumental, y permitió calcular con precisión dónde estaba el planeta, cuál era su órbita, su tamaño, su masa, su velocidad, temperatura, etc.
Lamentablemente, el por ahora llamado Alfa Centauri Bb, pero que sin dudas merece un buen nombre propio por ser un vecino, está mucho más cerca de su estrella que Mercurio de la nuestra, lo cual lo vuelve indiscutiblemente inhabitable. A sólo 0,04 ua de Alfa Centauri B, el planeta está absolutamente fuera de la Zona Habitable.
Está tan cerca de la estrella que le da la vuelta cada poco más de tres días terrestres, por lo que su invierno es demasiado corto para aliviar momentáneamente la temperatura de su superficie, superior a los 1.000 ºC.
Pero lo importante es que casi con seguridad se trata del exoplaneta más cercano a nosotros, a menos que haya otros orbitando la misma estrella con una órbita más amplia, cosa que debería comprobarse de un momento a otro.
Por ahora es suficientemente fascinante saber que, de toda esa infinitud de brillante polvo cósmico que nos rodea, la partícula más cercana tiene al menos un planeta. ¿Qué objeciones pueden quedar a que exista vida extraterrestre en alguna parte que se esté haciendo esta misma pregunta?
Alfa Centauri está a sólo 4,39 años luz de la Tierra. Es, si algún día podemos hacer viajes interestelares, muy posiblemente la primera escala de nuestras naves fuera del Sistema Solar, aunque el viaje tripulado aún está lejos de poder soportar esta distancia...
Tomando como ejemplo a la sonda Voyager 1, cuya velocidad actual es de 17 km/s (61.300 km/h), tardaríamos en cubrir esa distancia unos 75.000 años. Es desalentador por un lado, pero, si a eso llamamos "lo más cercano", a mí me inspira para imaginar la inmensidad del universo [imaginar ahora], así como la otra cosa infinita que Einstein advirtió: la estúpida soberbia de unas criaturas que viven amontonadas en un planeta probablemente condenado a desaparecer del cosmos sin que ninguna otra civilización se entere jamás de su existencia.
Una misión tripulada a Alfa Centauri requeriría un sistema de animación suspendida a lo Walt Disney (criónica), o bien una colonia humana completa y animada que viva y se reproduzca en la nave para reemplazar a los que van muriendo. La tecnología para la primera opción ya está en desarrollo: es fácil congelar y preservar seres humanos, pero imposible revivirlos; actualmente se practica la criónica sólo con personas fallecidas, esperando para "descongelarlas" a que la ciencia del futuro solucione el problemita de la muerte. En cuanto a la segunda alternativa, lo malo es que, aunque gustoso iría yo mismo si la misión es perpetuar la especie, ni mis hijos ni mis nietos ni bisnietos verían jamás la estrella prometida: la tripulación habría de sobrevivir a lo largo de unas 27.000 generaciones. No es un buen plan.
Además, 75.000 años es tiempo suficiente para que ocurra cualquier cosa tecnológicamente posible. Si mañana enviásemos humanos congelados a Alfa Centauri, cuando hayan recorrido el 1% del camino quizás en la Tierra ya habríamos desarrollado una nave que los alcance en el 1% del tiempo que les tomó llegar hasta allí, u otras paradojas tecnológicas que nos harían quedar como estúpidos ante los humanos del futuro. Mejor no hagamos nada. ¿A quién le importa?
Sin embargo, pensándolo un poco más, nada impide enviar una nave automatizada, sólo por curiosidad. Claro que aún tendríamos que esperar 75.004,3 años para recibir datos desde la nave, pero por algo se empieza... Aunque lamentablemente el Hombre aún no piensa en grande, tan en grande como para hacer cosas que den frutos más allá de una década.
¿Cien años? ¿Mil años? ¿Qué seremos entonces?
Teóricamente, deberíamos llegar a ser una civilización de Tipo III en la Escala de Kardashov dentro de unos 8.000 años. Eso significa que a partir de entonces, si fuera físicamente posible, nuestra tecnología quizá podría permitirnos curvar el espacio en lugar de simplemente navegarlo, y la historia sería completamente distinta: planear una expedición a otra estrella sería una inversión a corto plazo.
Otros descubrimientos inesperados (como suelen ser los descubrimientos), podrían acortar este lapso de un día para otro. Pensemos que hasta hace poco más de cien años la ciencia se proyectaba a sí misma en función de lo que había en ese entonces y la más grande de las imaginaciones apenas suponía algo más que barcos y trenes muy veloces, balas gigantescas disparadas hacia la Luna y quizá un telégrafo en cada hogar. Cien años cuyo curso completo cambió de un instante a otro a partir de alguna insignificancia tecnológica, que seguramente volverá a ocurrir... si no nos destruimos antes como ocurrió en mi natal Krypton.
Alfa Centauri
Alfa Centauri [ver ilustración] es un sistema binario, lo cual significa que [¿tengo que explicarte todo?], aunque se ve a simple vista desde la Tierra como una brillante estrella, son en realidad dos astros que se orbitan mutuamente a una distancia prudente [volver a ver ilustración], pero entre ambos comparten el honor de ser los más cercanos a la Tierra. Una de estas estrellas, Alfa Centauri B, es muy similar al Sol, con casi la mitad de su luminosidad, y es en torno a ella que gira el nuevo planeta, Alfa Centauri Bb, que también es muy parecido a la Tierra en tamaño. Pero antes de hablar de él, veamos cómo se lo descubrió... [seguir leyendo]
Prácticamente la totalidad de los exoplanetas confirmados se descubrieron por su tránsito: la órbita del planeta se cruza entre la Tierra y la estrella, eclipsándola momentáneamente y delatando su presencia. Este método es muy eficaz, pero deja afuera a la gran mayoría de los planetas, que no tienen por qué andar orbitando justo como a los astrónomos les conviene. Alfa Centauri
Pero, al tratarse este asunto de la estrella más cercana, los astrónomos invirtieron mucho tiempo en buscar particularmente allí un planeta, y lo hicieron sabiendo que, de haberlo, su gravedad tendría un pequeño efecto sobre la estabilidad de la estrella, haciendo que su eje oscilara un poco, como el de un lanzador olímpico de planetas.
Tras cuatro años de intentar encontrar ese bamboleo, refinando progresivamente la técnica, finalmente lograron medir en la estrella una oscilación menor que 2 km/h. Teniendo en cuenta la distancia a la que se encuentra, es un logro monumental, y permitió calcular con precisión dónde estaba el planeta, cuál era su órbita, su tamaño, su masa, su velocidad, temperatura, etc.
Alfa Centauri Bb
Lamentablemente, el por ahora llamado Alfa Centauri Bb, pero que sin dudas merece un buen nombre propio por ser un vecino, está mucho más cerca de su estrella que Mercurio de la nuestra, lo cual lo vuelve indiscutiblemente inhabitable. A sólo 0,04 ua de Alfa Centauri B, el planeta está absolutamente fuera de la Zona Habitable.
Está tan cerca de la estrella que le da la vuelta cada poco más de tres días terrestres, por lo que su invierno es demasiado corto para aliviar momentáneamente la temperatura de su superficie, superior a los 1.000 ºC.
Pero lo importante es que casi con seguridad se trata del exoplaneta más cercano a nosotros, a menos que haya otros orbitando la misma estrella con una órbita más amplia, cosa que debería comprobarse de un momento a otro.
Por ahora es suficientemente fascinante saber que, de toda esa infinitud de brillante polvo cósmico que nos rodea, la partícula más cercana tiene al menos un planeta. ¿Qué objeciones pueden quedar a que exista vida extraterrestre en alguna parte que se esté haciendo esta misma pregunta?
Viajando a la estrella más cercana
Alfa Centauri está a sólo 4,39 años luz de la Tierra. Es, si algún día podemos hacer viajes interestelares, muy posiblemente la primera escala de nuestras naves fuera del Sistema Solar, aunque el viaje tripulado aún está lejos de poder soportar esta distancia...
Tomando como ejemplo a la sonda Voyager 1, cuya velocidad actual es de 17 km/s (61.300 km/h), tardaríamos en cubrir esa distancia unos 75.000 años. Es desalentador por un lado, pero, si a eso llamamos "lo más cercano", a mí me inspira para imaginar la inmensidad del universo [imaginar ahora], así como la otra cosa infinita que Einstein advirtió: la estúpida soberbia de unas criaturas que viven amontonadas en un planeta probablemente condenado a desaparecer del cosmos sin que ninguna otra civilización se entere jamás de su existencia.
Una misión tripulada a Alfa Centauri requeriría un sistema de animación suspendida a lo Walt Disney (criónica), o bien una colonia humana completa y animada que viva y se reproduzca en la nave para reemplazar a los que van muriendo. La tecnología para la primera opción ya está en desarrollo: es fácil congelar y preservar seres humanos, pero imposible revivirlos; actualmente se practica la criónica sólo con personas fallecidas, esperando para "descongelarlas" a que la ciencia del futuro solucione el problemita de la muerte. En cuanto a la segunda alternativa, lo malo es que, aunque gustoso iría yo mismo si la misión es perpetuar la especie, ni mis hijos ni mis nietos ni bisnietos verían jamás la estrella prometida: la tripulación habría de sobrevivir a lo largo de unas 27.000 generaciones. No es un buen plan.
Además, 75.000 años es tiempo suficiente para que ocurra cualquier cosa tecnológicamente posible. Si mañana enviásemos humanos congelados a Alfa Centauri, cuando hayan recorrido el 1% del camino quizás en la Tierra ya habríamos desarrollado una nave que los alcance en el 1% del tiempo que les tomó llegar hasta allí, u otras paradojas tecnológicas que nos harían quedar como estúpidos ante los humanos del futuro. Mejor no hagamos nada. ¿A quién le importa?
Sin embargo, pensándolo un poco más, nada impide enviar una nave automatizada, sólo por curiosidad. Claro que aún tendríamos que esperar 75.004,3 años para recibir datos desde la nave, pero por algo se empieza... Aunque lamentablemente el Hombre aún no piensa en grande, tan en grande como para hacer cosas que den frutos más allá de una década.
¿Cien años? ¿Mil años? ¿Qué seremos entonces?
Teóricamente, deberíamos llegar a ser una civilización de Tipo III en la Escala de Kardashov dentro de unos 8.000 años. Eso significa que a partir de entonces, si fuera físicamente posible, nuestra tecnología quizá podría permitirnos curvar el espacio en lugar de simplemente navegarlo, y la historia sería completamente distinta: planear una expedición a otra estrella sería una inversión a corto plazo.
Otros descubrimientos inesperados (como suelen ser los descubrimientos), podrían acortar este lapso de un día para otro. Pensemos que hasta hace poco más de cien años la ciencia se proyectaba a sí misma en función de lo que había en ese entonces y la más grande de las imaginaciones apenas suponía algo más que barcos y trenes muy veloces, balas gigantescas disparadas hacia la Luna y quizá un telégrafo en cada hogar. Cien años cuyo curso completo cambió de un instante a otro a partir de alguna insignificancia tecnológica, que seguramente volverá a ocurrir... si no nos destruimos antes como ocurrió en mi natal Krypton.