Tips para enamorarse con fundamentos científicos
Datos que la ciencia aporta al misterio del amor y la atracción sexual.
15/6/12
En ciertos terrenos que recorre el alma humana suele haber carteles que aconsejan que es mejor creer que saber. Pasa sobre todo con las cuestiones más importantes de la vida, como la vida misma, la muerte, el dolor y el amor. No digo que haya que saberlas ni que creerlas, sino que no es necesaria una cosa ni otra para transitar libres de incertidumbre. Ahora, en caso de querer creer, mejor es saber en qué se cree...
En un contexto psicofísico, el enamoramiento, como creía Platón, es una locura temporaria. Lo dicho no es nada grave, justamente por su carácter temporal. Pero algunos estudios sostienen que el amor que dura demasiado puede ser patológico, es decir, queobedece a la lógica de un pato puede ser una enfermedad mental. Pero, ¿cuánto debe durar el amor? La respuesta es "sí". Quiero decir "six", seis meses.
Según psiquiatras especialistas, la duración ideal de un enamoramiento es de unos seis meses. Más allá de eso, se torna perjudicial: la enajenación que provoca estar enamorado es tal que las personas involucradas podrían incluso llegar a jurar ante un ser imaginario que se amarán toda la vida, condenándose así a un infierno real. Pero, sin llegar a esos extremos de la demencia, los efectos negativos de un largo amor son especialmente ciertos cuando éste no es correspondido y la única recompensa es ser el amigo confidente que escucha todos los problemas del otro como si este rol no fuera ya suficientemente cruel sin ser víctima de un amor imposible de satisfacer carnalmente.
Lo cierto es que detrás de la mística del amor rampante hay una desproporcionada mecánica de mundanos neurotransmisores. La serotonina llega a niveles comparables a los de pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo. El aumento de la oxitocina, por su parte, estimula una confianza desmedida a nivel general que distorsiona la percepción de la realidad, como sabe cualquiera que se haya enamorado: ¿quién no se ha trepado alguna vez, por amor, a un rascacielos y luchado contra molestos biplanos hasta caer al abismo y oír una pequeña voz apagándose mientras decía:
No es un secreto que, en general, a las mujeres les atraen más los hombres maduros y que los varones prefieren las mujeres jóvenes, pero la razón quizá no sea tan evidente. Por un lado, es cierto que las mujeres jóvenes pueden tener más hijos y que los hombres grandes pueden ser más capaces para sostener una familia, pero recientemente se han descubierto otros datos importantes.
Tras analizar a toda la población de Dinamarca, el Instituto Max Planck encontró una llamativa relación: los hombres casados con mujeres más jóvenes tenían una tasa de mortalidad mucho más baja que el resto. Cuanto mayor era la diferencia de edad entre los miembros de las parejas, mayor era la expectativa de vida del varón (en promedio, un hombre casado con una mujer 15 años menor vive un 30% más de lo normal*, lo cual es una diferencia sorprendente). * No válido para hombres menores de 15 años.
Esto no necesariamente significa que las mujeres jóvenes "alarguen" la vida de los hombres. Parece mucho más probable que las características subliminales de un hombre sano y con gran esperanza de vida atraigan a más mujeres y que él elija a las jóvenes por razones inconscientes pero elementales. De cualquier modo, compartir la cama con una mujer fértil indudablemente debe exigirle al varón destrezas físicas y traerá a su salud los insuperables beneficios de hacer el amor.
Esto es bueno para ellos, por supuesto, pero también para ellas, siendo conveniente estar irracionalmente obsesionado con algo que dure por mucho tiempo. Además, estas parejas cronológicamente disparejas son más duraderas, por lo que, si de buscar compañía estable se trata, es una buena idea enamorarse de hombres mayores o mujeres menores que uno. La mala noticia para la joven lectora de Cibermitanios: tu nuevo novio multimillonario 50 años mayor no morirá tan pronto como esperabas, perra interesada.
Aunque varios factores influyen en que alguien se vea atraído por otra persona, dentro de lo físico, la simetría es el punto más importante. Los Hombre Sabio nacemos de una célula que se divide billones de veces hasta formar un organismo capaz de generar otra célula primordial que hará lo mismo hasta agotar todos los recursos del planeta; si la célula se divide correctamente, la imagen del cuerpo será casi perfectamente simétrica. Sin embargo, las presiones del medio ambiente y las mutaciones genéticas hacen que cada división salga un poco torcida. Y eso explica que la gente te examine buscando la firma de Pablo Picasso.
Tener una buena simetría es indicio de que nuestros genes soportan bien las presiones del entorno y de que tenemos poca tendencia a desfigurarnos hasta terminar rechazados por nuestra dama y escondidos en el campanario de Notre-Dame, término francés que curiosamente significa "nuestra dama". Al final, a esa simetría llamamos "belleza", pero lo que en realidad significa es "buen espécimen para combinar mis genes". Es natural, entonces, que amemos la belleza, porque es signo de buena salud y capacidad de superpoblar el planeta y someter al resto de las especies a una humillante agonía. Pero es fundamental dejar que primero se enamore el otro para no correr riesgo de rechazo.
Así que la belleza no es algo superficial, sino la apariencia de lo profundo; es la manifestación de algo que habita varias capas más abajo y que representa el objetivo más importante de cualquier ser vivo: extender parte de su esencia más allá de su propia vida, preferentemente, varias veces por semana y con diferentes individuos. Procrear de este modo es -¡lo juro!- el único remedio para el racismo: si nos mezclamos bien, algún día todos seremos grises.
Enamorarse por poco tiempo
En un contexto psicofísico, el enamoramiento, como creía Platón, es una locura temporaria. Lo dicho no es nada grave, justamente por su carácter temporal. Pero algunos estudios sostienen que el amor que dura demasiado puede ser patológico, es decir, que
Según psiquiatras especialistas, la duración ideal de un enamoramiento es de unos seis meses. Más allá de eso, se torna perjudicial: la enajenación que provoca estar enamorado es tal que las personas involucradas podrían incluso llegar a jurar ante un ser imaginario que se amarán toda la vida, condenándose así a un infierno real. Pero, sin llegar a esos extremos de la demencia, los efectos negativos de un largo amor son especialmente ciertos cuando éste no es correspondido y la única recompensa es ser el amigo confidente que escucha todos los problemas del otro como si este rol no fuera ya suficientemente cruel sin ser víctima de un amor imposible de satisfacer carnalmente.
Lo cierto es que detrás de la mística del amor rampante hay una desproporcionada mecánica de mundanos neurotransmisores. La serotonina llega a niveles comparables a los de pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo. El aumento de la oxitocina, por su parte, estimula una confianza desmedida a nivel general que distorsiona la percepción de la realidad, como sabe cualquiera que se haya enamorado: ¿quién no se ha trepado alguna vez, por amor, a un rascacielos y luchado contra molestos biplanos hasta caer al abismo y oír una pequeña voz apagándose mientras decía:
No, no fueron los aviones... Fue la Bella quien mató a la Bestia?
Enamorarse de mujeres más jóvenes u hombres más viejos
No es un secreto que, en general, a las mujeres les atraen más los hombres maduros y que los varones prefieren las mujeres jóvenes, pero la razón quizá no sea tan evidente. Por un lado, es cierto que las mujeres jóvenes pueden tener más hijos y que los hombres grandes pueden ser más capaces para sostener una familia, pero recientemente se han descubierto otros datos importantes.
Tras analizar a toda la población de Dinamarca, el Instituto Max Planck encontró una llamativa relación: los hombres casados con mujeres más jóvenes tenían una tasa de mortalidad mucho más baja que el resto. Cuanto mayor era la diferencia de edad entre los miembros de las parejas, mayor era la expectativa de vida del varón (en promedio, un hombre casado con una mujer 15 años menor vive un 30% más de lo normal*, lo cual es una diferencia sorprendente). * No válido para hombres menores de 15 años.
Esto no necesariamente significa que las mujeres jóvenes "alarguen" la vida de los hombres. Parece mucho más probable que las características subliminales de un hombre sano y con gran esperanza de vida atraigan a más mujeres y que él elija a las jóvenes por razones inconscientes pero elementales. De cualquier modo, compartir la cama con una mujer fértil indudablemente debe exigirle al varón destrezas físicas y traerá a su salud los insuperables beneficios de hacer el amor.
Esto es bueno para ellos, por supuesto, pero también para ellas, siendo conveniente estar irracionalmente obsesionado con algo que dure por mucho tiempo. Además, estas parejas cronológicamente disparejas son más duraderas, por lo que, si de buscar compañía estable se trata, es una buena idea enamorarse de hombres mayores o mujeres menores que uno. La mala noticia para la joven lectora de Cibermitanios: tu nuevo novio multimillonario 50 años mayor no morirá tan pronto como esperabas, perra interesada.
Enamorarse de personas simétricas
Aunque varios factores influyen en que alguien se vea atraído por otra persona, dentro de lo físico, la simetría es el punto más importante. Los Hombre Sabio nacemos de una célula que se divide billones de veces hasta formar un organismo capaz de generar otra célula primordial que hará lo mismo hasta agotar todos los recursos del planeta; si la célula se divide correctamente, la imagen del cuerpo será casi perfectamente simétrica. Sin embargo, las presiones del medio ambiente y las mutaciones genéticas hacen que cada división salga un poco torcida. Y eso explica que la gente te examine buscando la firma de Pablo Picasso.
Tener una buena simetría es indicio de que nuestros genes soportan bien las presiones del entorno y de que tenemos poca tendencia a desfigurarnos hasta terminar rechazados por nuestra dama y escondidos en el campanario de Notre-Dame, término francés que curiosamente significa "nuestra dama". Al final, a esa simetría llamamos "belleza", pero lo que en realidad significa es "buen espécimen para combinar mis genes". Es natural, entonces, que amemos la belleza, porque es signo de buena salud y capacidad de superpoblar el planeta y someter al resto de las especies a una humillante agonía. Pero es fundamental dejar que primero se enamore el otro para no correr riesgo de rechazo.
Así que la belleza no es algo superficial, sino la apariencia de lo profundo; es la manifestación de algo que habita varias capas más abajo y que representa el objetivo más importante de cualquier ser vivo: extender parte de su esencia más allá de su propia vida, preferentemente, varias veces por semana y con diferentes individuos. Procrear de este modo es -¡lo juro!- el único remedio para el racismo: si nos mezclamos bien, algún día todos seremos grises.