Cibermitanios

El universo observable y la máquina de ver el pasado

La máquina del tiempo sólo necesita espejos.
A veces –si no siempre– las ideas se ocultan entre dos conceptos. Por ejemplo, entre el pan y la carne se escondía el sándwich hasta que algún visionario a quien debemos alabar eternamente lo descubrió. Y creo que un ejemplo similar es el que voy a mencionar en este post: entre lo observable y lo conocido, está la máquina del tiempo... Veamos antes qué significan los dos primeros conceptos...


El universo observable


universo observable

La buena noticia es que la luz es muy rápida. La mala noticia es que el universo es muy grande, y de todos modos la luz tarda mucho en recorrer sus distancias. Por ejemplo, tarda 4,2 años desde la estrella más cercana (sin contar al Sol). Dicho de otro modo: cuando un astrónomo apunta su telescopio hacia Próxima Centauri, la ve como era hace más de 4 años, porque es lo que su luz tardó en llegar hasta él.

Lo importante de esto es que cuanto más lejos está lo que observamos, más vieja es la imagen que vemos, de manera que si pudiéramos ver lo suficientemente lejos, veríamos el mismísimo Big Bang. (Lamentablemente, el universo se sigue expandiendo a la velocidad de la luz, por lo que esa imagen del Big Bang se aleja tan rápidamente de la Tierra que su luz no puede alcanzar nunca nuestros telescopios.)

Lo más lejano que podemos ver está a 14 mil millones de años luz, y ese número no está relacionado con las limitaciones tecnológicas de una época: jamás será posible fabricar telescopio alguno que permita ver lo que aún no está aquí, la luz que nunca llegó. Se trata de un límite de la física (la velocidad de la luz) y no del Hombre.

Esa luz que no tuvo tiempo de llegar a la Tierra es la que nos dice la edad del universo: 14 mil millones de años. Si el universo fuera más viejo, la luz hubiera tenido más tiempo para viajar y podríamos ver más allá de ese radio de 14 mil millones de años luz.

Aunque no podemos ver más allá de esa distancia, podemos ver cosas que están más lejos. ¿Cómo es posible? Fácil: no sólo podemos ver lo que hay dentro de ese radio, sino también lo que hubo.


El universo conocido


universo conocido

Dado que el universo se expande (las cosas se alejan unas de otras), cuando vemos la luz de una estrella muy lejana debemos suponer que la estrella está ahora mucho más lejos, y así es: nuestros telescopios captan cosas que ya no están en el universo observable, permitiéndonos ver hoy lo que en realidad está a 93 mil millones de años luz, desde donde la luz ya no puede llegar por falta de tiempo. Ese es el tamaño del universo conocido, aunque no podemos saber cómo es en este instante, ya que en los miles de millones de años que tardó la luz en llegar a la Tierra el universo podría haber incluso desaparecido... y nosotros, como siempre, nos enteramos tarde.

En otras palabras, el universo conocido no es el universo actual. Podemos verlo, pero ya no existe (del mismo modo en podemos conocer la Historia humana, a pesar de que ya no es observable)...

Para ser justo, nada de lo conocido u observable es verdaderamente actual, y no hay necesidad de mirar hacia las estrellas: por ejemplo, de Argentina a Japón hay 18.000 km, y la luz tarda 0,06 segundos en recorrer esa distancia, de manera que si llamo por teléfono a Tokio podré hablar con un japonés ubicado a 0,06 segundos en el pasado.

Pero este desfasaje es beneficioso, porque nos mantiene siempre en contacto con el pasado. El cielo nocturno es una imagen de todos los tiempos existidos, un libro negro que lleva escrita la Historia Universal.

Y esa idea es la que nos llevará a pensar muy seriamente en la máquina del tiempo. ¿Podemos hacer que el tiempo doble y vuelva sobre sus pasos para que podamos verlo? La respuesta es "sí". La prueba está en tu baño...


La máquina de ver el pasado


Supongamos que te estás peinando en el baño, como cualquiera lo haría, y que de pronto al espejo le salen patas y se comienza a alejar. Supongamos que se aleja tanto que llega un momento en que necesitas usar binoculares para poder verte en él. Y luego un telescopio. Y se sigue alejando hasta salir del Sistema Solar y llegar a Próxima Centauri. En este momento, estás viendo cómo te peinabas 8,4 años atrás.

He aquí un diagrama más ambicioso para ver el pasado global:

la máquina de ver el pasado

Genial. Ahora sólo necesito dos voluntarios que lleven el espejo a mil años luz de distancia y sin romperlo contra alguna estrella.

Aunque... en realidad no es necesario viajar tanto para dejar el espejo. Podemos hacer juegos de espejos que acorten esa distancia:

la máquina plegable de ver el pasado

Sí, el espacio tridimensional es chévere. Teóricamente, podemos seguir agregando espejos para acortar la distancia hasta un nivel casi molecular. Regulando la separación entre ellos, también podríamos sintonizar distintos tiempos a voluntad o plegar la máquina para guardarla debajo de la cama.

Podría desarrollar esta idea mucho más, pero lo más probable es que nunca sea posible construir algo tan complejo como lo imagino (aunque sin dudas funcionaría) y no quiero pensar demasiado porque se me podría herniar la inteligencia. El punto es que existimos en un universo de complejidad inagotable; todo está entrelazado, incluso el tiempo y el espacio. El universo entero arrastra su propia sombra a medida que avanza y, con esa maravilla alrededor, vamos nosotros también, generalmente preocupándonos por cosas universalmente intrascendentes.

Esta noche, cuando mires las estrellas, no olvides saludar. El futuro podría estar mirándote a través de un espejo.