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Escultores hiperrealistas

Más allá de la esplendorosa cumbre renacentista.
Cuando la mayoría de la gente piensa en escultura, visualiza cosas como el David de Miguél Ángel. Pero la escultura siguió escalando y superó por mucho esa esplendorosa cumbre renacentista; nuestros ojos hoy tienen un privilegio que los que contemplaron por primera vez el David no tuvieron. Antes de que me quemen en la hoguera por hereje, permítanse disfrutar las pruebas a mi favor...


Ron Mueck

Ron Mueck
Ron Mueck es un escultor hiperrealista australiano. Comenzó como hacedor de efectos especiales para películas como Labyrinth. Su material no es el mármol de los griegos, si no las resinas y fibras sintéticas, que le permiten modelar detalles del tamaño de un cabello. Es quizá el escultor contemporáneo de mayor renombre, y sobresale por el inmenso tamaño de sus obras.



Marc Sijan

Marc Sijan
Este es un docente estadounidense con un posgrado en Ciencias del Arte, y es uno de los escultores más detallistas: poros, arrugas, venas, todo parece estar a punto de moverse. Las posturas de sus estatuas tienen una gran influencia clásica (según él, su mayor influencia es el David de Michelangelo), pero con un realismo que sobrepasa todo sueño florentino. El efecto final de las texturas se debe a 25 capas de pintura.



Evan Penny

Evan Penny
Evan Penny nació en Sudáfrica pero ahora vive en Canadá. A diferencia de los anteriores, trabaja en arcilla, un elemento mucho más frágil, al cual agrega silicona en las etapas siguientes. Tiene un estilo levemente caricaturesco, pero la perfección de los detalles, especialmente en la piel, crean una ilusión muy realista. O quizá es precisamente esa contradicción lo que obliga a abrir los ojos. Un detalle interesante es que su trabajo no intenta reproducir la realidad, si no la distorsión de la fotografía y los espejos.



Patricia Piccinini

Patricia Piccinini
También australiana, Piccinini fue elegida para representar al arte de su país en las exposiciones más importantes del mundo. Es la artista de esta lista donde más se nota un trasfondo filosófico: en sus esculturas está siempre presente el cambio que la cultura y la tecnología introducen en los límites de la naturaleza. Muchas de sus obras son altamente surrealistas, aunque muestro aquí las que se ajustan más al hiperrealismo moderno.



Jamie Salmon

Jamie Salmon
Uno de mis favoritos en el trabajo de hacer persistir la ilusiones momentáneas de la realidad. Es británico y, al igual que los otros, utiliza plástico, vidrio y cabello humano para lograr un efecto fotorrealista. Su idea es explorar los límites de la tridimensionalidad para demostrar hasta qué punto lo que consideramos real es simplemente una apariencia superficial, porque la forma humana es nuestro modelo de lo verosímil.



Carole Feuerman

Carole Feuerman
Una escultora norteamericana un tanto monotemática, pero la única que puede simular en sus modelos incluso gotas de agua con un realismo sorprendente. Sus esculturas se posan en importantes museos de muy distantes puntos de la circunferencia, y ganó varios premios internacionales. Las formas no son tan precisas como en los otros casos, pero se enfocan en revelar la fuerza interior, más allá del músculo; son retratos de instantes de equilibrio, instantes que ya estaban congelados antes de ser captados y remodelados en la materia inerte.



Maurizio Cattelan

Maurizio Cattelan
Uno de los más polémicos de los escultores actuales, que utiliza el realismo sólo como herramienta (no como fin) para captar la atención y desatar pensamientos. Una de sus esculturas representa al Papa Juan Pablo II aplastado por un meteorito; otra, recrea un Hitler orando de rodillas; y otras son de interpretación bastante más abierta. El italiano heredó cierto gusto por lo macabro de sus trabajos en empresas fúnebres, así como una visión despreocupada de asuntos tales como la muerte, especialmente la ajena. Algunas esculturas parecen animales embalsamados, pero es puro plástico.



Duane Hanson

Duane Hanson
Hanson falleció en 1996, pero dejó una obra no sólo fascinante desde el punto de vista artístico, si no también con un importante contenido social. Representó al norteamericano promedio -según lo veía él- en su relación con el mundo, desde el drogadicto marginado hasta la estrella del fútbol americano idolatrada por las masas. Como materia prima usó vinilo, arcilla sintética y bronce y su objetivo fue lograr que las obras ocupasen el mismo espacio simbólico que las personas de carne y hueso para que poco a poco el público fuera absorbido por la escena.



Sam Jinks

Sam Jinks
Otro escultor que creció entre canguros. Con un estilo mucho más dramático y sombrío que los anteriores, Jinks fue otro escultor que empezó como especialista en efectos visuales para cine. Ahora se dedica sólo a su obra personal, pero algo del cine se llevó: una capacidad de contar historias de un sólo golpe -historias de la vida psíquica del Hombre-, revelando arquetipos que normalmente pasan desapercibidos por su cotidianidad.