Cibermitanios

Percepciones erróneas

Es sabido que no todo el mundo percibe las cosas de la misma manera. Pero, ¿qué significa eso realmente?
Es sabido que no todo el mundo percibe las cosas de la misma manera. Pero, ¿qué significa eso realmente? Si existe una realidad, ¿cómo es posible que todos la veamos de manera distinta, qué garantiza que podamos siquiera imaginarla con aproximación? ¿Percibimos el mundo, o lo alucinamos? Intentemos acercarnos a las respuestas con algunos experimentos cognitivos...

Advertencia: tu mente va a intentar convencerte de que esto "está mal". No le hagas caso.

Primero, escucha la muestra de audio #1.



A continuación, escucha la #2.



Quizá todavía no notes la diferencia, pero escucha nuevamente la #1 y verás que ahora suena completamente distinta.

Es increíble lo rápido que aprende la mente. Al hacer un par de ejercicios de estos, tu cerebro ya no necesita más ayuda y es capaz de descubrir los patrones escondidos en las muestras distorsionadas. De hecho, eso es exactamente lo que hacemos a cada segundo con los sonidos del mundo real: aprendimos a darles un sentido durante nuestra niñez, y nos acostumbramos tanto que ahora creemos que ése sentido es el sonido mismo, pero no es así; es sólo nuestra interpretación de él, de las partes que se nos hacen más evidentes.

También es increíble hasta qué punto el aprendizaje nos condiciona. Por regla general, sólo podemos percibir aquello que aprendimos a percibir de algún modo. Pero sigamos con los experimentos, que son la parte más divertida...

Nuestro cerebro también aprende muy rápido a través de la vista, como veremos en el siguiente ejemplo. Mira la imagen abstracta y luego tócala para cambiarla. Luego regresa a la primera imagen y verás la diferencia.


Interesante, ¿no? En la imagen #1 está toda la información para que nuestros cerebros reconstruyan la imagen más o menos completa, pero no la percibimos hasta tener datos que nos resulten más familiares (#2). Esto nos enseña que la percepción del mundo no es el mundo en sí mismo. La percepción es sólo una forma de ver las cosas.

Estos experimentos no son ilusiones. ¿O son tan ilusorios como cualquier imagen o sonido cotidiano? Me inclino por esta última opción. Todo es una cuestión de interpretación. De hecho, si ponemos a un perro frente al televisor, no va ver nada en la pantalla. A pesar de que para nosotros las imágenes son más o menos parecidas a las de la realidad, el perro no sabe interpretarlas, aunque sus ojos son prácticamente idénticos a los nuestros. Porque la verdad es que las imágenes del televisor no tienen nada que ver con la realidad, no se parecen en nada. Nosotros aprendimos a ver TV, al igual que durante el primer año de vida aprendimos a mirar el mundo que nos rodeaba y a entender lo que veíamos.

Hace poco, un lector me preguntaba el por qué de los extraños colores de las fotos de Cibermitanios. La respuesta, después de haberla pensado un rato, sería algo así: porque si estoy hablando de un perro y te pongo la foto de un perro, esa imagen no aporta nada; todo el mundo sabe cómo es un perro. Pero puedo mostrarte un perro como nunca antes habías visto, y tendrás que esforzarte por entender esa imagen. Aunque sea el mismo perro de siempre, al cambiarle los colores, el cerebro debe aprender a encontrar el perro en la foto. Tu vista va a parar en sus ojos violetas, en el hocico fosforescente y en muchos otros detalles que normalmente te pasan desapercibidos.



Otra rápida ilustración de este efecto de extrañamiento, con la primera foto que encontré:



La escena es la misma en ambos casos, pero el significado cambia. Yo mismo no había reparado en el hombre de la derecha antes de invertir los colores de la fotografía (es que aprendimos a buscar los colores que resaltan, no las sombras).

Lo fundamental en todo esto es que la percepción es un proceso mental, no de los sentidos. No hay significado en las cosas hasta que nosotros se lo damos. Una mesa, por ejemplo, es sólo un montón de madera para un loro (probablemente, ni siquiera eso). En la realidad misma, la mesa no es mesa. Porque el nombre "mesa" no se lo damos al objeto, sino a nuestra idea de él.

Entonces, tanto en imágenes como en sonidos, aromas y texturas, lo importante son las ideas que podemos extraer de ellos. Y cada cosa trae consigo una infinitud de ideas posibles.

Mientras leías este artículo y una parte tuya se esforzaba por ver más allá, otra parte de tu mente intentaba con todas sus fuerzas no darle importancia, tratando de justificarlo racionalmente como un truco y descartarlo. "Son sólo colores", susurraba. Es que la razón también es sólo uno de infinitos modos de darle sentido al mundo, y no le gusta la competencia. Intentaré, más adelante, hablar de otros experimentos y técnicas para adueñarnos de nuestra propia percepción.